domingo, 8 de febrero de 2009

El rapto de Europa II


El rapto de Europa (II)
El centro de interés de la obra

En todo cuadro, debe existir un elemento de interés especial al que se le subordinan todos los demás presentes en la obra. Tal inapelable circunstancia debe ser, para el artista compositor, lo más ajustado posible a la media de dos factores flexibles. Por un lado, no se debe sacrificar toda la importancia de los elementos subordinados y, por otro, ninguno de estos ha de combatir, en exceso, la importancia de ese centro de interés.
Pese a que la obra que tratamos parece muy llamativa en todo su espacio pictórico, Rembrandt ha determinado, como es lógico, que los verdaderos protagonistas del mito sean también los de la pintura. Dicho así parece una verdad preclara, supuesta por todos como algo elemental. Sin embargo, el artista, en su obra, sabe reforzar el destaque de ese centro de interés con argucias compositivas. Toda persona de cierto nivel cultural o aficionado a la mitología sabría señalar, sin esfuerzo, ese determinado centro de interés, sólo por sus conocimientos en cultura clásica. No obstante, el apoyar tal obviedad es algo muy importante en el aspecto compositivo de cualquier pintura, y por eso Rembrandt se toma tantas molestias en hacerlo.
En primer lugar quiere llamar la atención de la persona no cultivada, en su época muchísimo más frecuente tal circunstancia. Ver a una mujer encima de un toro al galope no era habitual salvo en palacios, en las obras de arte que contenían tales edificios y que abordaban este tema. Sólo por tal motivo, la pareja de protagonistas de esta pintura atraería la atención del observador sencillo, humilde y sin muchos conocimientos. Apoyaría tal impresión, al mismo llano personaje sin formación, las miradas de las sirvientas, y sobre todo la de la que se presenta consternada. Refuerza la sensación de extrañeza del observador lego la postura de tal sirvienta, haciéndole ver que su impresión propia es válida, tiene su eco en el mismísimo cuadro: tal sirvienta ve un hecho extraño, como el espectador.
Pero hay más recursos que llevan la atención del observador al grupo de protagonistas. Un recurso muy utilizado en todo tipo de obras de arte para retener la atención es el de la forma anormal, extraña, poco habitual de lo representado y en esta obra se consigue con la anormalidad de la forma conjunta que presentan mujer y toro, es decir, una postura infrecuente. No puede el lector negar que la disposición del rabo del toro no es algo común. A su vez, se llama la atención sobre un elemento de un cuadro haciendo un contraste entre oscuros y claros bastante marcado, y el citado grupo de protagonistas también cumple con este requisito. Otro más para atraer la vista del observador es aparentar el movimiento de una figura determinada, y tanto la doncella como el animal, sobre todo éste último, aparentan un movimiento poderoso, de gran empuje. A su vez una serie determinada de rectas, aparentes y visibles en la reproducción de la obra que se adjunta, convergen en un punto de ese grupo, el mismísimo rostro de Europa. Llama la atención, enlazando con esto último, la aparente estructura de la carreta y sus caballos, que parece contenida por una envolvente triangular cuyo vértice, prolongando las citadas líneas envolventes, convergen en el mismo rostro de Europa. A su vez las líneas que marcan la orilla fugan en el susodicho rostro, y hasta la línea superior del conjunto formado por dios y personaje humano sirven de apoyo a todo este entramado que hacen destacar también la faz de Europa, que mirando hacia atrás, concede un protagonismo relativo, y de ningún modo sacrificado totalmente, a los personajes que permanecen en la ribera. De este equilibrio entre unos y otros personajes del relato hablaremos en la próxima entrega.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy intersante análisis de la obra. ¿existen en laobra d Rembrandt otros personajes mitológicos?

estamosenlonuestro dijo...

Gracias por el aliento.

Consultando una monografía de Rembrandt he localizado cuatro cuadros de contenido mitológicos grecorromano. Los cuadros, la datación de los mismos y sus localizaciones son las siguientes:

1. Flora. 1635. National Gallery de Londres

2. Diana bañándose con sus ninfas y las fábulas de Acteón y Calixto. 1632 .Alta ¿?. Museo Wasserburg.

3. El rapto de Ganímedes. 1635. Dresde, Gemäldegallerie.

4. Dánae. 1635. San Petersburgo. Ermitage.
Aurelio.
Me imagino que podrás encontrar reproducciones de los mismos en la página web de nombre Olga´s Gallery. No sé el nombre de la página; pero tecleando estas palabras en el Google tiene fácil localización. No obstante te advierto sobre la publicidad machacona de este sitio de la red.

A juzgar por las fechas de estas obras, me imagino, sólo me imagino, que quizá fuera una época en que Rembrandt cultivó más profusamente este género dentro de la pintura de historia, en la que también se hallaban incluidas las de historia sagrada o mitología judaico-cristiana y las de historia propiamente dicha.