sábado, 28 de febrero de 2009


El rapto de Europa (V)
Análisis rítmico

El manual de composición "La vida oculta del cuadro" de Herbert Gemz define el ritmo como “un movimiento concertado o relación espacial que se desarrolla entre las diversas formas de una obra para enlazar éstas y unificarlas y, también con el fin de conducir el ojo del espectador por un camino organizado hacia el centro de interés y que desde éste tenga una fácil salida hacia fuera de la obra”.

Las líneas de color magenta que ve el lector en la reproducción de esta obra del pintor holandés engarzan de forma ordenada los diferentes elementos de la misma. A través de ellas se puede observar, por ejemplo, cómo las figuras del toro y el personaje raptado, alejadas un tanto del más variado grupo de personajes y elementos de la mitad derecha de la pintura también quedan ligadas a todo el conjunto de su entramado. De nuevo, la orilla de la ribera sirve como elemento crucial en la misma ya que es utilizada de tránsito entre una mitad y otra, entre unos elementos, el más complejo de la zona derecha y el más sencillo de la mitad izquierda. Una serie de líneas aparentes que circundan y atraviesan al grupo de mayor número de personajes confluyen a los pies de las dos sirvientas más próximas al agua y continúan, convertidas ya en una sola línea, por el margen que marca la susodicha orilla hasta llegar al rostro de Europa. El artista ha dispuesto todos los elementos ligados a estas líneas de forma que la lectura del cuadro sea límpida, clara, de un ir de un lado a otro de una forma fácil para la vista.

Sólo me queda añadir que estos recursos, a veces, surgían de las manos y vista de los artistas de una forma casi espontánea, debido al aprendizaje exhaustivo de su oficio y a la gran experiencia que adquirían al amparo de una genialidad que no era, precisamente, lo menor en ello, sino todo lo contrario, ya que todos estos recursos son y eran de fácil asimilación, lo opuesto en todo caso a lo más importante en el arte que es poseer una mente genial y debidamente entrenada. Analizar estas recetas en las obras de pintores geniales puede crear ese entrenamiento de nuestra vista; pero la utilización original y novedosa de cada una de estas recetas, requieren algo que no puede ser aprendido en lo manuales de composición y que sólo está presente en el oficio continuo del arte y en la sensibilidad especial de cada uno de esos genios.

Aurelio.

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